El pasado mes de agosto se ha publicado en la revista científica Multiple Sclerosis Journal (2023 Aug;29(9):1118-1125) un estudio muy interesante sobre la implicación de la dieta mediterránea en el desarrollo de la esclerosis múltiple. Este es un estudio multidisciplinar en el que han intervenido diferentes departamentos del Instituto Karolinska de Estocolmo en Suecia y que ha sido liderado por la doctora Anna Karin Hedström.
El objetivo de los autores en este estudio era aclarar si los hábitos alimentarios influencian el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple.
Para ello, los investigadores reclutaron 1953 personas afectadas de esclerosis múltiple que tenían entre 16 y 70 años, y por cada persona afectada de esclerosis múltiple reclutaron dos personas control (3557) del mismo sexo, edad similar y que residían en la misma zona geográfica.
A estas personas se les preguntó por sus hábitos alimentarios. En particular, se les preguntó cual de las siguientes dietas habían seguido durante los últimos cinco años, una dieta occidental (dieta normal/mixta), una dieta vegana/vegetariana, una dieta vegetariana con consumo de pescado, una dieta mediterránea, una dieta de índice glucémico u otra dieta. Y cual fue su consumo de pescado blanco y azul.
Debido a que otros factores como el tabaco, el alcohol, la obesidad en la adolescencia, el ejercicio físico, la exposición solar o el componente genético también pueden influir en el desarrollo de la esclerosis múltiple, para evitar que el efecto de estos factores contaminase los resultados de los hábitos alimentarios, los participantes también informaron sobre estos factores.
La comparación de las dietas seguidas en los últimos cinco años por personas afectadas de esclerosis múltiple y controles demostró que la probabilidad de desarrollar esclerosis múltiple si se sigue una dieta mediterránea es menor que si se sigue una dieta occidental. Mientras que no se pudo demostrar ninguna asociación de la dieta vegana/vegetaría or de la dieta de índice glucémico con el riesgo de sufrir esclerosis múltiple.
La dieta mediterránea es una dieta rica en frutas, vegetales, frutos secos, cereales, pescado y aceite de oliva, lo que significa cantidades elevadas de vitaminas, antioxidantes, fibra y grasas insaturadas con un efecto anti-inflamatorio y neuroprotector beneficioso para nuestro organismo y nuestra microbiota. Pero, además, las personas que declararon seguir una dieta mediterránea fueron más a menudo mujeres y reportaron una mayor exposición al sol, más actividad física y un menor consumo de alcohol que el grupo de dieta occidental lo que asocia esta dieta con en general un estilo de vida más saludable y por lo tanto indica que la dieta mediterránea va más que los nutrientes.
Además, es importante señalar que los participantes que seguían una dieta mediterránea eran más a menudo de origen no nórdico por lo que probablemente tienen menos genes de susceptibilidad a esclerosis múltiple, ya que los genes de susceptibilidad a esta enfermedad son mas comunes en el norte de Europa.
Las personas afectadas de esclerosis múltiple reportaron mayor adicción al tabaco y mayor índice de masa muscular durante la adolescencia que los controles independientemente de la dieta que seguían, lo que apoya la importante influencia del tabaco y de la obesidad durante la adolescencia en el desarrollo de esta enfermedad.
Son muchos los posibles desencadenantes de la esclerosis múltiple por lo que también son muchas las vías por las que podemos reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad y entre estos cabe destacar los hábitos saludables y en particular la dieta.